Thursday, March 24, 2011

La leyenda de las ardillas sin cabeza por Justin Foster




          ¿Has estado sentando en una clase de la universidad de Kansas State durante el semestre de otoño y de pronto falta la energía? La mayoría de los estudiantes en la universidad no saben la verdad sobre este fenómeno. ¿Es un accidente? ¿Es una broma cómica? Pues, la verdad es que no es un accidente y absolutamente no es cómico. La culpa pertenece a unas culpables muy siniestras y vengativas; las ardillas sin cabeza.
Hace muchos años, había una abundancia de ardillas en las llanuras de Kansas. Siempre jugaban con alegría y sin cuidados. A veces, otros animales jugaban con las ardillas y se caían bien. Todo era maravilloso en el mundo de las ardillas. Pero un día, de pronto, todo cambió y las ardillas alegrísimas ya no estuvieron tan alegres.
            Durante la edad de las ardillas alegres, había un grupo de animales que no estaba tan alegre. Las mofetas siempre tenían envidia de las ardillas. Todos los animales les encantaban las ardillas y siempre querían jugar con las ardillas. Nadie quería jugar con las mofetas apestosas. Todos los animales chismeaban y reían sobre las mofetas. “¡Ay que apestosa!” decían los animales. Las ardillas eran los únicos animales que eran simpáticos a las mofetas. Las ardillas siempre las invitaban a jugar pero cada vez que las mofetas trataban de unirse a los otros animales, se enojaban y salían. Una vez, las mofetas les entristecieron mucho y decidieron que si no podían jugar con los otros animales, nadie podía jugar con ellos.
            Las mofetas hicieron planes para sabotear a las ardillas. Una noche muy oscura y miedosa del otoño, cuando hizo mal tiempo y había una tormenta implacable, las mofetas invitaron a las ardillas a dormir en su casa. Aunque el tiempo era espantoso, las ardillas se emocionaron y se apuraron a llegar a la casa de las mofetas. Cuando llegaron las ardillas, descubrieron que las mofetas vivían en una cueva oscura y aterradora. Las ardillas tuvieron miedo pero eran demasiadas simpáticas y no pudieron salir. Por eso, entraron a la cueva donde las mofetas habían puesto una trampa para ellas.
            Cuando entraron las ardillas, esperaron que las mofetas fueran amigables pero no fue la verdad. Las mofetas habían hecho una bomba extremadamente apestosa y al momento que todas las ardillas estuvieron adentro, la bomba explotó. El olor fue tantísima apestoso que las cabezas de todas las ardillas cayeron de sus cuerpos. Las mofetas se sorprendieron muchos y corrieron, dejando las ardillas en la cueva. En el preciso momento en que llegó a ser la medianoche, la cueva fue alcanzada por un rayo y la tormenta paró bruscamente. Algo pasó y las ardillas fueron transformadas. Llegaron a ser malvadas y llenas de odio.
            Por alguna razón, las ardillas no murieron. En lugar de eso, vivieron por muchos siglos y vagaban las llanuras hasta que el hombre construyó la ciudad de Manhattan. Hoy en día, los espíritus de las ardillas viven con odio. Durante la luna llena, aparecen para “jugar” con alguna persona que puedan encontrar. La leyenda dice que las ardillas quitan el alma de las personas con quienes juegan. Cada vez que roban un alma, toda la electricidad en la región cesa de existir. Nadie sabe si es posible evitar el destino que ofrecen las ardillas. La única cosa que es segura ahora es que nadie está a salvo de la maldición de las ardillas sin cabeza.

1 comment:

  1. Esta historia esta muy bien escrita y bien lograda!!! Qué buena imaginación!!! :0)

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