Thursday, March 24, 2011

Búsquedas en La Paz, Bolivia por Victoria Loza





Cuando me desperté un día, miré en la ventana y pude ver montañas, llenas con pueblos, que se reflejaban rayos brillantes de sol. Todavía podía oír la música de la Paceña en mi cabeza y las gritas felices de mi hermanita. En este momento supe que no estaba en mi casa propia, estaba en la casa de mis abuelos. ¿Dónde? En un país muy lejos de los E.E.U.U.: Bolivia.



En el año de 2009, mi familia y yo decidimos visitar los parientes de mi papá y explorar su país. Era un viaje diferente de la mayoría de nuestras vacaciones porque ellos vivían en Bolivia. Los había visitado cuando era una niña chiquita, cuando tenía siete años, pero por eso no recordaba la mayoría de ese viaje. También, decidimos visitar a ciudades cerca de Coroico y Copacabana. Pues, al principio de junio, a las seis de la mañana en el aeropuerto de Kansas City, mi familia y yo fuimos en un viaje extremamente largo; unas 20 horas.



Primero, visitamos la ciudad de mis parientes, La Paz. Una de las capitales con más altitud en el mundo, La Paz tiene una altura aproximadamente de 12.000 pies. Tomamos algunos días para aclimatarnos a la altitud. Cuando estábamos bien descansados, hubo lugares y actividades infinitas para explorar. Las tiendas tenían innumerables artículos extraños y lindos. En una ocasión, encontramos vendedores que tenían partes de animales, como cabezas secas de llamas, para vender, y se asustó sumamente mi hermanita. A mí me encantan las bufandas brillantes de llana que encontrábamos. Era tremendamente difícil para comprar solamente uno o dos, y yo compré demasiada cantidad durante el viaje. La actividad que me entretenía muchísimo era la Paceña. Era un festival con un desfile con bailarines de varias partes de Sudamérica, principalmente de Bolivia y Perú. A mí me fascínanos y encántanos los trajes que eran extraños y de colores brillantes. Es cierto que no me recordaba de todas las actividades que hicimos en La Paz. Es un país que ofrece mucho.



Después de una semana, mi familia y yo, que incluyendo mi primo y tía también, fuimos a la ciudad de Coroico. Mi hermanita y yo estábamos emocionadas pero teníamos miedo por el viaje. Algunos años atrás, para llegar a Coroico, se necesitaba pasar a de las calles más peligrosas en el mundo, la calle norte de los Yungas. Esta calle estaba en una montaña a lado de los Yungas y tenía muchos accidentes con carros porque había espacio sólo para un caro en la calle. Pero, al tiempo que viajábamos a Coroico, teníamos que usar esta calle sólo por un tiempo corto porque el gobierno había construido otra calle segura. En la ciudad, mi hermanita y yo teníamos un poco de miedo otra vez porque, supuestamente, la ciudad era popular y turística, pero cuando estábamos allí, no veíamos una gran cantidad de turistas. Había una gran cantidad de indígenas que nos miraban con ojos enojados a veces. Sin embargo, era muy divertido; nuestra mamá nos dijo que no era para tanto y lo estábamos imaginando. Y además, montamos a caballos en una montaña. Mi caballo fue un poco terco y siempre quería comer y él empezaba a caminar bajo de la montaña pero afortunadamente, nuestro guía me salvó. Fue un tiempo tremendamente chistoso y lo disfrútanos mucho, por cierto.



La última semana en Bolivia, mi familia y yo, esta vez, con mis abuelos, mi otra tía y mi tío, fuimos a Copacabana, una ciudad enormemente alta, que estaba a una altitud de 15.000 pies arriba del nivel del mar. En Copacabana, mi actividad favorita era tener un paseo en bote en el Lago Titicaca. Allí, pudimos ver "las islas que estaban flotando". Fue tremendamente solazado. Luego, visitamos una iglesia católica vieja con arquitectura increíble. Teníamos un tiempo tan emocionados. Pero desafortunadamente, lo que recordaba mejor era que recibí una intoxicación alimentaria. Era mi culpa, porque cuando estábamos en un restaurante en Copacabana, comí una ensalada. Estuve enferma por incontables días antes de este viaje y también cuando estábamos en E.E.U.U. Por eso, aprendí la lección y ahora puedo pensar sobre este evento y reírme.



Cuando yo pienso en mis exploraciones y viajes en Bolivia, lo extraño muchísimo. Pienso de mi familia, pero especialmente de los bosquejos y exploraciones allí. No obstante, yo sé que un día voy a regresar a Bolivia, o Sudamérica en general. Y esta vez, ¡no voy a comer una ensalada!




1 comment:

  1. Ahhh!! Qué interesante! Pienso que iré algun día al Lago Titicaca aunque me desmaye!!! Buen trabajo!! :0)

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